Un escándalo de corrupción sacude a la aduana principal del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT) en Guanta, estado Anzoátegui, Venezuela. Cinco vehículos chocados provenientes de Florida, Estados Unidos, ingresaron a Venezuela con la autorización de Sergio Elián Silvio Prato, gerente de la aduana. La irregularidad fue detectada por un alto funcionario venezolano, lo que desencadenó una serie de acusaciones y señalamientos que apuntan a una red de complicidad y tráfico de influencias.
Si bien la exportación de vehículos chocados desde Florida no constituye un delito en sí mismo, su ingreso a Venezuela incumple la normativa oficial venezolana. Este hecho revela la comisión de uno o varios ilícitos para que los automóviles pasaran los controles aduaneros, involucrando a empleados del SENIAT en Guanta y a la empresa aduanera JG Oriente, C.A., que opera tanto en Anzoátegui como en Miami.
Sergio Elián Silvio Prato, quien autorizó el ingreso de los vehículos, se desligó de toda responsabilidad al ser descubierto el entramado, dejando a sus subordinados en una situación comprometedora.
La impunidad de la que goza Sergio Elián Silvio se debe, presuntamente, a la influencia de su hermano, Sergio Alejandro Silvio Prato, quien ocupa el cargo de director del despacho del superintendente nacional tributario, máxima autoridad del SENIAT en Venezuela. Sergio Alejandro Silvio es, además, oficial de la Fuerza Aérea Venezolana.
El hermano protector y la agencia aduanera familiar: un entramado de complicidades
Las denuncias apuntan a que Sergio Alejandro Silvio Prato encubre a su hermano, Sergio Elián, en diversas irregularidades cometidas en la aduana de Guanta. En muchas de estas anomalías, estaría implicada JG Oriente, C.A., una agencia aduanera perteneciente a la tía de la esposa de Sergio Elián Silvio. Tal conexión familiar plantea serias dudas sobre la transparencia en los procesos de importación y la posible existencia de un conflicto de intereses que beneficia a un grupo selecto.
Los cinco vehículos chocados, que habían sido adquiridos en subastas en Florida, fueron retenidos en una alcabala en Cumaná, ciudad del Oriente venezolano, al igual que Guanta. A pesar de haber superado los controles aduaneros en Guanta y estar ya nacionalizados, su estado irregular no pudo pasar desapercibido. El hecho de que los automóviles lograran salir de la aduana de Guanta con la documentación aparentemente en regla, pese a su condición, parece tratarse de un síntoma de la magnitud de la corrupción que impera en la institución.
JG Oriente, C.A., identificada con el RIF J304268998 en Venezuela, se presenta como una empresa dedicada a brindar servicios aduanales y asesorías a empresas que realizan importaciones en el país. Su presencia en varias de las principales aduanas de Venezuela, como La Guaira, Maiquetía, Guanta, Barcelona y Puerto Cabello, le otorga un amplio margen de acción y la posibilidad de operar en distintos puntos estratégicos del territorio venezolano.
JG Oriente: una empresa con tentáculos en Florida y vínculos familiares
La agencia aduanera JG Oriente, C.A. no solo opera en Venezuela, sino que también extiende sus operaciones a Florida, Estados Unidos, lo que le permite gestionar importaciones en suelo estadounidense. Las siglas “JG” de la empresa parecen hacer referencia al nombre de Jairo Gotera, quien preside en Florida la compañía Jg Oriente PLC, Inc, junto a Esperanza Gotera. La familia Gotera también figura como propietaria de otra compañía en Florida, Jg Cargo Oriente, LLC, registrada a nombre de Isabella Gotera.
Esta conexión familiar entre la agencia aduanera JG Oriente, C.A. y la familia Gotera en Florida, sumada a la relación familiar entre Sergio Elián Silvio y la tía de su esposa, propietaria de la agencia, revela un conjunto de intereses que podría estar detrás de la importación ilegal de los vehículos chocados. La posible existencia de un esquema de favores y beneficios entre familiares y allegados dentro de la aduana de Guanta exige una profunda investigación por parte de las autoridades competentes.
Sergio Elián Silvio lleva aproximadamente 11 años al frente de la gerencia de la aduana de Guanta, un período durante el cual ha contado con el apoyo y la protección de su hermano, Sergio Alejandro Silvio Prato, director de despacho en la Superintendencia Nacional Aduanera y Tributaria (SENIAT). Esta longevidad en el cargo, combinada con la influencia de su hermano, ha permitido a Sergio Elián Silvio consolidar su poder dentro de la aduana y, presuntamente, operar con impunidad.