10 preguntas para entender el nuevo trabajo periodístico global liderado por el centro de investigación Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP)
1. ¿De qué se trata Suisse Secrets?
Es un nuevo proyecto periodístico colaborativo a nivel global basado en la filtración de datos de uno de los bancos suizos más importantes del mundo, el Credit Suisse, involucrado en varios escándalos anteriores. Fueron proporcionados por una fuente anónima al diario alemán Süddeutsche Zeitung, que los compartió con el centro de investigación Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) y 48 medios aliados alrededor del mundo. Participan de esta investigación, entre otros,The Guardian, Le Monde, The New York Times, Miami Herald y NDR/WDR (Alemania). Por Argentina participan – con acceso exclusivo a la filtración- Infobae y La Nación. Más de 150 periodistas de 39 países revisaron miles de registros bancarios, entrevistaron fuentes internas, reguladores, fiscales, examinaron documentos judiciales y financieros para corroborar los hallazgos.
Suiza es un destino elegido para el dinero de todo el mundo debido a sus leyes de secreto bancario. No hay nada ilegal en tener una cuenta bancaria en ese país, pero las entidades financieras deben extremar sus recaudos para evitar operar con dinero opaco o producto de posibles delitos, amparadas en el secreto bancario.
Dadas las numerosas promesas de Credit Suisse de reformar sus prácticas a lo largo de los años para prevenir el lavado de dinero, el proyecto expone las debilidades en los controles y la necesidad de una mayor responsabilidad en este sector.
2. ¿Qué es OCCRP?
OCCRP son las siglas en inglés del consorcio periodístico Organized Crime and Corruption Reporting Project (Proyecto de Investigación sobre Corrupción y Crimen Organizado). Fundado en 2006, reúne a centros de investigación, medios de comunicación y periodistas que trabajan en Europa del Este, el Cáucaso, Asia Central y América Central. OCCRP publica las historias tanto en su sitio web, como en los medios aliados de todo el mundo que son convocados a participar.
3. ¿Cuál es el origen de la información?
Los datos de Suisse Secrets fueron proporcionados al periódico alemán Süddeutsche Zeitung por una fuente anónima, que los compartió con OCCRP y dio origen a esta investigación global.
“Creo que las leyes suizas de secreto bancario son inmorales. El pretexto de proteger la privacidad financiera es simplemente una hoja de parra que cubre el papel vergonzoso de los bancos suizos como colaboradores de los evasores de impuestos. Esta situación permite la corrupción y priva a los países en desarrollo de los ingresos fiscales que tanto necesitan”, explicó la fuente que decidió filtrar los datos protegiendo su identidad.
“Quiero enfatizar el hecho de que la responsabilidad de este estado de cosas no recae en los bancos suizos, sino en el sistema legal suizo. Los bancos simplemente están siendo buenos capitalistas al maximizar las ganancias dentro del marco legal en el que operan. En pocas palabras, los legisladores suizos son responsables de permitir los delitos financieros y, en virtud de su democracia directa, el pueblo suizo tiene el poder de hacer algo al respecto”.
4. ¿Cuál es el tamaño de la filtración?
Los datos filtrados incluyen información sobre más de 18.000 cuentas de Credit Suisse, que estuvieron abiertas desde los años 40 hasta bien entrada la última década, aunque la gran mayoría corresponde al período entre 2000 y 2016. En conjunto, contenían fondos por valor de más de USD 100.000 millones de dólares.
Involucra a 30.000 titulares de esas cuentas, tanto personas como empresas, con domicilios en más de 120 jurisdicciones y representan a más de 160 nacionalidades. Venezuela es el país con mayor cantidad de nombres y cuentas filtradas por la fuente, y si bien la información filtrada es parcial, no por eso deja de ser relevante. Los nombres con interés local que aparecen en los documentos están vinculados a negocios con Venezuela.
Los años con más aperturas de cuentas fueron 2007 y 2008. El año de mayor cierre de cuentas fue 2014, coincidiendo con la introducción de nuevas regulaciones en Suiza para intercambiar automáticamente información fiscal de clientes con residencia en el extranjero.
5. ¿Cuál es el monto de dinero involucrado?
La cantidad total de dinero en las cuentas investigadas es de más de USD 100.000 millones. El monto promedio era de 7,5 millones de francos suizos en su valor más alto. Pero más de una docena de cuentas tenían más de 1.000 millones de francos suizos. Estas cifras no implican que esa sea la cantidad total de dinero movida en las cuentas a lo largo de los años, que se desconoce pero es probable que sea mucho mayor.
6. ¿Tener una cuenta en un banco suizo implica un delito?
No, no necesariamente hay evasión fiscal o delito financiero, pero la opacidad del sistema bancario suizo permite, en muchos casos, eludir a las autoridades fiscales u ocultar el posible origen ilegal del dinero. “Soy consciente de que tener una cuenta bancaria en el extranjero en Suiza no implica necesariamente evasión de impuestos ni ningún otro delito financiero. Estoy seguro de que algunas de las cuentas tienen una razón legítima de existir o que han sido declaradas a las autoridades fiscales en cumplimiento de la legislación pertinente. Sin embargo, es probable que un número significativo de estas cuentas se abrieran con el único propósito de ocultar la riqueza de su titular”.
7. ¿Por qué los clientes de algunos países no aparecen en los datos de la filtración?
Aunque los datos filtrados de Credit Suisse incluyen información sobre clientes de más de 120 jurisdicciones, algunos de los países más grandes del mundo, incluidos Estados Unidos, Rusia, China y Brasil, no están muy representados.
Si bien las razones del recorte en la información filtrada no están del todo claras, muchos clientes que sí aparecían en los datos son de países que no se habían registrado para usar el Common Reporting Standard (CRS), una iniciativa global contra la evasión fiscal que requiere que los países intercambiar automáticamente información bancaria básica con las autoridades fiscales, o solo acordaron iniciar sesión en los últimos años.
Así, los países que figuran en gran medida en los datos, como Venezuela, Egipto y Ucrania, aún no se comprometieron a intercambiar información bancaria según lo exige el CRS.
Un caso atípico es Estados Unidos, que tampoco se suscribió al CRS y, sin embargo, no estuvo muy representado en la filtración. Sin embargo, este país ha firmado numerosos tratados fiscales bilaterales, incluido uno con Suiza, que otorga a las autoridades fiscales acceso mutuo a la información bancaria de clientes sospechosos de evasión de impuestos y otros delitos financieros.
Si bien Argentina no aparece específicamente entre los países sobre los que la fuente protegida entregó información, sí hay varias decenas de argentino entre los beneficiarios de las más de 18.000 cuentas bancarias vinculados a Venezuela. Los nombres más relevantes que publicará Infobae a partir de mañana incluyen a quienes tuvieron intereses en Venezuela, así como venezolanos vinculados a operaciones con nuestro país.
8. ¿Cómo se comprobó la veracidad de los datos?
Para corroborar la veracidad de los datos filtrados, los periodistas integrantes de la investigación corroboraron la información con otras fuentes, como bases y registros comerciales, boletines oficiales, expedientes judiciales, y expertos en el sistema financiero. También hubo un chequeo adicional de varias cuentas bancarias de Suisse Secrets en otras dos filtraciones de datos bancarios que se habían obtenido años antes.
Además, se contactó previamente a cada uno de los clientes involucrados en las investigaciones a publicar, quienes en muchos casos confirmaron la existencia de sus cuentas, o no las negaron.
Con el argumento de preservar la privacidad del cliente, Credit Suisse no confirmó ni negó la veracidad de los datos filtrados.
A partir de los elementos reunidos para la investigación no se pudo llegar a determinar si las cuentas de la filtración habían sido congeladas por el banco en algún momento, excepto en el caso de aquellos clientes que al ser contactados para este proyecto, lo confirmaron.
9. ¿Cuál es la respuesta del Credit Suisse?
En respuesta a una lista detallada de preguntas enviadas por los periodistas que integran el proyecto de Suisse Secrets, el Credit Suisse proporcionó la siguiente declaración:
“Credit Suisse rechaza enérgicamente las acusaciones e inferencias sobre las supuestas prácticas comerciales del banco. Los asuntos presentados son predominantemente históricos, en algunos casos se remontan a la década de 1970, y los relatos de estos asuntos se basan en información parcial y selectiva sacada de contexto, lo que resulta en interpretaciones tendenciosas de la conducta comercial del banco. Si bien Credit Suisse no puede hacer comentarios sobre posibles relaciones con clientes, podemos confirmar que se han tomado medidas de acuerdo con las políticas y los requisitos normativos aplicables en los momentos pertinentes, y que ya han sido atendidas las cuestiones relacionadas.
Como institución financiera líder a nivel mundial, Credit Suisse es es profundamente consciente de su responsabilidad, ante los clientes y el sistema financiero en su conjunto, de garantizar que las normas de conducta más estrictas se mantengan. Estas acusaciones de medios de comunicación parecen ser un esfuerzo concertado para desacreditar el banco y el mercado financiero suizo, que ha experimentado cambios significativos en los últimos años. En consonancia con las reformas financieras en todo el sector y en Suiza, Credit Suisse ha adoptado una serie de importantes medidas adicionales en la última década, incluyendo inversiones considerables adicionales en la lucha contra la delincuencia financiera. En todo el banco, Credit Suisse sigue reforzando su marco de cumplimiento y control, y como hemos dejado claro, nuestra estrategia sitúa la gestión del riesgo en el centro de nuestro negocio”.
Credit Suisse también proporcionó respuestas adicionales sobre varios temas. Tras lo que el banco describió como una “revisión preliminar” de “un gran volumen de cuentas” sobre las que los reporteros hicieron preguntas, el banco señaló que “más del 90 por ciento” están ahora “cerradas o en proceso de cierre”.
“De las cuentas activas restantes”, escribió un representante de Credit Suisse, “estamos convencidos de que se han adoptado las debidas diligencias, revisiones y otras medidas de control, incluyendo los cierres de cuentas pendientes”.
El representante escribió que Credit Suisse tiene “una estricta política de tolerancia cero frente a la evasión fiscal”, “sólo desea tratar con clientes que cumplan con los requisitos fiscales” y “ha implementado numerosos programas de cumplimiento fiscal de clientes que abarcan múltiples jurisdicciones”.
En cuanto a la prevención del blanqueo de capitales, el representante escribió que Credit Suisse cuenta con “estrictos mecanismos de control” y “lleva a cabo una revisión de nombres de acuerdo con los estándares del sector (…) tanto al abrir las cuentas como durante su existencia”.
“En los casos en los que identificamos cualquier relación que hubiera podido ser usada para el blanqueo de dinero u otras actividades ilícitas, tomamos medidas rápidas y decisivas”, escribió el representante.
Citando la legislación suiza sobre el secreto bancario, el banco no proporcionó ninguna respuesta sobre los clientes específicos identificados por los reporteros como problemáticos. “Seguiremos analizando los asuntos y tomaremos medidas adicionales si es necesario”, añadió el representante de Credit Suisse.
10. ¿Cuál es la respuesta de OCCRP a las críticas del Credit Suisse?
“En última instancia, los bancos occidentales como el Credit Suisse manejan la mayor parte del dinero criminal y corrupto del mundo. Por lo tanto, tienen la cuota de responsabilidad más grande para identificarlo y restringirlo. El Credit Suisse reconoce que está obligado a seguir procedimientos estrictos que ayuden al banco a entender quiénes son sus clientes y a verificar que sus fuentes de ingresos son legítimas. Pero Cuando el banco no lleva a cabo esta debida diligencia, la delincuencia y la corrupción se vuelven más fáciles, más lucrativas y más exitosas. Y lo denunciaremos”, sostuvo el consorcio de investigación en respuesta a las críticas de la entidad suiza al ser consultada para esta investigación.
“Lo hacemos porque el secreto financiero es más que una abstracción académica: el dinero opaco significa poder opaco. Cuando el dinero corrupto puede fluir sin obstáculos en el sistema financiero, hay más delincuencia, más extremismo y se debilitan más las normas democráticas. Los dineros oscuros son considerados por muchos países como un importante problema de seguridad nacional”, agregó la organización.
“El sistema suizo, que valora el secreto por encima de la responsabilidad, es especialmente propenso al mal uso. Los bancos suizos tienen un largo historial de aceptación de clientes nocivos, desde los nazis hasta algunos de los peores dictadores del mundo moderno. Se han comprometido en múltiples ocasiones -y de hecho han actuado- para eliminar muchos clientes oscuros de sus listas. Estas acciones son positivas. Pero sólo rinden cuentas a un sistema regulador restringido por leyes de confidencialidad y un gobierno que da prioridad al secreto. La filtración de datos en la que se basa el proyecto Suisse Secrets representa una oportunidad única para que los periodistas exijan responsabilidades a este sistema”.
“Creemos que las docenas de ejemplos que citamos plantean serias dudas sobre la eficacia y el compromiso de Credit Suisse para cumplir con sus responsabilidades. Sin dar información que lo corrobore, Credit Suisse afirma que resolvió el “90 por ciento” de los casos que les planteamos. Incluso si aceptamos eso, aún hay una serie de corruptos o criminales que tienen cuentas en Suiza. Y esos son sólo los casos por los que preguntaron los periodistas. Podría haber muchos más”.
“Credit Suisse también señaló que los casos sobre los que escribimos son “históricos”. Pero eso es irrelevante. Nuestros datos muestran que el banco conservó clientes durante años, a pesar de que se sabía que habían sido acusados de crímenes graves o eran familiares de personas poderosas en regímenes autocráticos. En algunos casos, los titulares de cuentas que aparecen en los datos confirmaron que sus cuentas siguen abiertas”.
“Incluso muchos empleados de Credit Suisse que tuvieron contactos con periodistas de esta investigación, indicaron que hay normas especiales en el banco para los clientes más ricos, independientemente de su criminalidad, y que no se ha hecho lo suficiente para eliminar los fondos ilícitos. Una de las personas creyó eso con fuerza y pasó a la acción: la fuente que filtró los datos bancarios”, concluyó OCRRP.