En una decisión que marca un hito en la disputa por el control de las reservas de oro venezolanas, el Tribunal de Apelación de Londres ha rechazado el recurso presentado por la junta del Banco Central de Venezuela (BCV) nombrada por Nicolás Maduro.
Esta junta había impugnado un fallo anterior que otorgaba autoridad sobre el oro depositado en el Banco de Inglaterra a la junta designada por la oposición liderada por Juan Guaidó.
Los jueces han desestimado los argumentos presentados por la junta del BCV de Maduro, que cuestionaba la validez de las sentencias del Tribunal Supremo de Caracas que declaraban nulos los nombramientos realizados por Guaidó.
En su dictamen, los magistrados han respaldado la decisión de la jueza Sara Cockerill de no aceptar dichas sentencias, argumentando que reconocerlas violaría la doctrina inglesa de “Una sola voz”, ya que en ese momento el Reino Unido reconocía a Guaidó como presidente interino de Venezuela.
Los jueces también han señalado que, aunque el Gobierno británico ya no reconoce a Guaidó como presidente desde enero de 2023, los nombramientos realizados por él y su junta “ad hoc” del BCV no se ven afectados por esta circunstancia.
Según los magistrados, las decisiones del Tribunal Supremo de Justicia venezolano que anulan las decisiones de Guaidó no pueden ser reconocidas ni aplicadas por los tribunales del Reino Unido, ya que esto entraría en conflicto con la opinión del Ejecutivo británico en ese momento.
A pesar de esta derrota en el tribunal de apelaciones, la junta oficial del BCV, presidida por Calixto Ortega, planea presentar una nueva demanda ante la división comercial del Tribunal Superior para reclamar su autoridad sobre los activos venezolanos.
Esto se debe a que Guaidó ya no es reconocido como presidente por el Gobierno británico.
Será responsabilidad del tribunal comercial determinar el curso futuro de este litigio, considerando el cambio de panorama resultante de la falta de reconocimiento a Guaidó.
La disputa se centra en el acceso a las reservas de oro venezolanas, valoradas en aproximadamente 1.950 millones de dólares, depositadas en el Banco de Inglaterra, así como a una suma adicional de 120 millones obtenida a través de un canje ejecutado por Deutsche Bank.