Pese a los avances en uno de los temas más difíciles -la reducción del Arancel Externo Común- Uruguay decidió que solo firmaría la declaración, si los demás países otorgaban un permiso para que Montevideo inicie negociaciones comerciales independientes.
La cumbre del Mercosur que terminó el pasado viernes en Brasilia, lo hizo sin una declaración presidencial final, en medio de una nueva crisis entre los miembros por las diferencias en las negociaciones comerciales fuera del bloque y la decisión de reducir el Arancel Externo Común (AEC) aplicado a productos de otros países.
Tras dos días de reuniones en Brasilia y pese a los avances en uno de los temas más difíciles hasta el momento -la reducción del AEC- Uruguay decidió que solo firmaría la declaración, que incluiría la posibilidad de reducir el AEC, si los demás países acordaban aludir en el texto un permiso para que Montevideo inicie negociaciones de acuerdos comerciales independientes sin los demás miembros del bloque.
Las normas actuales del Mercosur vetan este tipo de negociaciones, y Argentina y Paraguay están en contra. Brasil, por su parte, está de acuerdo con la flexibilización, con diferentes velocidades para las negociaciones fuera del bloque, y acepta discutirlo, pero sin la imposición uruguaya.
Uruguay inició conversaciones con China y pretende abrir otras, y ya declaró que lo hará independientemente del bloque, a pesar de que las reglas del Mercosur lo impiden.
En septiembre, el presidente Luis Lacalle Pou anunció el inicio de conversaciones con el gigante asiático, pasando por alto una decisión del Mercosur. «El tema del AEC no genera problemas, hay consenso en eso. El problema es que ellos (Uruguay) quieren vincular las dos cosas, AEC y plena flexibilidad de que puedan negociar unilateralmente», dijo el embajador de Brasil. Agregó que la posición de Uruguay ahora es de bloqueo.